
Dr. Armando Gómez Villalpando, ORCID: 0000-0002-9568-3080, Unidad UPN 111 Guanajuato
Mtro. Valentín Aguirre Manzano, Unidad UPN 111 Guanajuato
En el escenario de la enseñanza universitaria, nos encontramos en una encrucijada de reflexión constante sobre la práctica docente. Este ensayo se adentra en la dualidad de nuestra labor, explorando tanto las quejas expresadas por los estudiantes como las apreciaciones de agradecimiento al buen desempeño que han emergido de nuestras propias experiencias y las vivencias compartidas por estudiantes y colegas. Lo que abordaremos aquí, es el resultado de un análisis reflexivo de nuestras prácticas y las experiencias compartidas con nuestra comunidad académica. Es el saldo percibido por nosotros, los números rojos y negros del actuar como enseñantes en las aulas de muchas instituciones de educación superior, no solamente de nuestro estado, sino del país.
Este ensayo busca contribuir a que sigamos siendo artífices de un cambio positivo en la educación superior, reconociendo la dualidad de nuestras acciones y comprometiéndonos a ser agentes activos en la construcción de un entorno donde el aprendizaje florezca, y donde el éxito académico sea el resultado natural de una docencia que inspira, guía y empodera.
A continuación, presentaremos de manera puntualizada las áreas de oportunidad, lo oscuro, y las buenas prácticas, lo claro, de nuestra experiencia directa e indirecta de la enseñanza y el aprendizaje en la educación superior.
Lo obscuro
Las quejas de los estudiantes de licenciatura sobre la manera de enseñar de sus maestros pueden variar en función de la institución y la región, pero existen algunas quejas comunes que se han observado a lo largo del tiempo. Estas quejas suelen incluir:
- Falta de claridad en la presentación de los temas: Los estudiantes a menudo se quejan de que los profesores no presentan los conceptos de manera clara y comprensible, lo que dificulta su capacidad para seguir la materia.
- Falta de disponibilidad y apoyo fuera del aula: Los estudiantes pueden sentir que sus profesores no están disponibles para brindar ayuda adicional o responder preguntas fuera del horario de clase, lo que puede dificultar su comprensión de los temas.
- Estilo de enseñanza monótono: Los estudiantes pueden aburrirse o perder interés en el material si el profesor utiliza un solo estilo de enseñanza durante toda la clase, lo que puede resultar en una pérdida de motivación y compromiso con la materia.
- Exceso o falta de carga de trabajo: Algunos estudiantes se quejan de que los profesores asignan una cantidad excesiva de trabajo, lo que puede ser abrumador y dificultar la gestión del tiempo. Por otro lado, también pueden quejarse de la falta de tareas o desafíos que les permitan aplicar y profundizar en su aprendizaje.
- Falta de retroalimentación constructiva: Los estudiantes pueden sentir que no reciben suficiente retroalimentación sobre su progreso y desempeño en los trabajos y exámenes, lo que les dificulta identificar áreas de mejora y crecimiento académico.
- Uso limitado de tecnología y recursos modernos: Algunos estudiantes pueden quejarse de que sus profesores no utilizan la tecnología de manera efectiva en el aula, lo que limita su exposición a herramientas y recursos educativos modernos que podrían mejorar su experiencia de aprendizaje.
- Falta de actualización y relevancia del contenido: Los estudiantes pueden sentir que el material del curso no refleja las tendencias actuales y no prepara adecuadamente para el mercado laboral actual, lo que puede disminuir su motivación para participar en el aprendizaje.
Hay algunas quejas adicionales que los estudiantes de licenciatura a menudo tienen sobre la manera de enseñar de sus maestros:
- Evaluaciones poco claras o injustas: Los estudiantes pueden sentir que las evaluaciones y los criterios de calificación no son transparentes o justos, lo que puede generar confusión y frustración sobre cómo mejorar su rendimiento académico.
- Desinterés del profesor por el progreso individual de los estudiantes: Algunos estudiantes pueden percibir que sus profesores muestran poco interés en su progreso individual y no ofrecen suficiente orientación personalizada, lo que puede hacer que los estudiantes se sientan desmotivados y sin apoyo.
- Falta de interacción y participación en el aula: Los estudiantes pueden quejarse de que los profesores no fomentan suficientemente la participación y el debate en el aula, lo que limita su capacidad para aprender de manera activa y comprometida.
- Uso de métodos de enseñanza desactualizados: Los estudiantes pueden sentir que los métodos de enseñanza utilizados por sus profesores no están alineados con las últimas tendencias pedagógicas y tecnológicas, lo que puede limitar su capacidad para desarrollar habilidades relevantes y actualizadas.
- Dificultad para acceder a los recursos educativos: Algunos estudiantes pueden enfrentar obstáculos para acceder a los materiales de estudio y recursos educativos necesarios debido a limitaciones económicas o tecnológicas, lo que puede afectar negativamente su rendimiento académico.
- Falta de empatía y comprensión: Los estudiantes pueden percibir que sus profesores carecen de empatía y comprensión hacia sus desafíos personales y académicos, lo que puede afectar su bienestar emocional y su motivación para participar activamente en el proceso de aprendizaje.
- Dificultades de comunicación: Algunos estudiantes pueden tener dificultades para comunicarse efectivamente con sus profesores debido a barreras lingüísticas o diferencias en el estilo de comunicación, lo que puede generar malentendidos y frustraciones en el aula.
Lo claro
Los estudiantes de licenciatura suelen valorar las siguientes acciones docentes en la manera de enseñar de sus maestros:
- Claridad en la presentación de los temas: Los estudiantes aprecian cuando los profesores presentan los conceptos de manera clara y comprensible, lo que les permite entender y asimilar mejor la materia.
- Disponibilidad y apoyo fuera del aula: Los estudiantes valoran a los profesores que están disponibles para brindar orientación adicional, responder preguntas y proporcionar apoyo fuera del horario de clase, lo que les permite aclarar dudas y profundizar en su aprendizaje.
- Uso de métodos de enseñanza dinámicos y variados: Los estudiantes encuentran valioso cuando los profesores utilizan una variedad de métodos de enseñanza, como actividades interactivas, debates y proyectos, que promueven un aprendizaje activo y estimulante.
- Retroalimentación constructiva y oportuna: Los estudiantes valoran la retroalimentación detallada y oportuna sobre su desempeño académico, lo que les ayuda a identificar sus fortalezas y áreas de mejora para seguir progresando en su aprendizaje.
- Uso de tecnología y recursos actualizados: Los estudiantes aprecian cuando los profesores integran la tecnología de manera efectiva en el aula, proporcionando acceso a recursos educativos actualizados y herramientas digitales que enriquecen su experiencia de aprendizaje.
- Fomento de la participación y el debate en el aula: Los estudiantes valoran a los profesores que fomentan un ambiente de aprendizaje inclusivo y participativo, alentando la participación activa, el intercambio de ideas y el debate constructivo entre los estudiantes.
- Empatía y comprensión hacia las necesidades de los estudiantes: Los estudiantes aprecian a los profesores que demuestran empatía y comprensión hacia sus desafíos personales y académicos, lo que crea un entorno de apoyo y confianza en el aula.
Hay algunas acciones docentes adicionales que los estudiantes de licenciatura suelen valorar en la manera de enseñar de sus maestros:
- Fomento de un ambiente de respeto y confianza mutua: Los estudiantes valoran a los profesores que promueven un ambiente de respeto y confianza en el aula, lo que les permite expresar sus opiniones y participar en discusiones abiertas sin temor a ser juzgados.
- Flexibilidad y adaptación al ritmo de aprendizaje de los estudiantes: Los estudiantes aprecian a los profesores que se adaptan al ritmo de aprendizaje de la clase, brindando explicaciones adicionales o ejemplos prácticos según sea necesario para garantizar la comprensión de todos los estudiantes.
- Organización y planificación efectiva del curso: Los estudiantes valoran a los profesores que organizan y planifican sus cursos de manera clara y lógica, proporcionando una estructura coherente que les permite seguir el progreso del curso y prepararse adecuadamente para las evaluaciones.
- Estímulo del pensamiento crítico y la creatividad: Los estudiantes aprecian a los profesores que fomentan el pensamiento crítico y la creatividad, alentándolos a cuestionar, analizar y reflexionar sobre los temas de estudio, lo que les ayuda a desarrollar habilidades de pensamiento independiente y original.
- Integración de ejemplos prácticos y casos de estudio relevantes: Los estudiantes valoran a los profesores que integran ejemplos prácticos y casos de estudio relevantes en su enseñanza, permitiéndoles relacionar la teoría con la práctica y comprender la aplicación real de los conceptos aprendidos.
- Establecimiento de expectativas claras y realistas: Los estudiantes aprecian a los profesores que establecen expectativas claras y realistas en cuanto a los objetivos de aprendizaje y las evaluaciones, lo que les proporciona una guía clara sobre lo que se espera de ellos y cómo pueden alcanzar el éxito académico.
Estas acciones docentes adicionales son fundamentales para promover un entorno de aprendizaje efectivo y satisfactorio, que fomente el compromiso y el éxito de los estudiantes en su proceso de formación universitaria.
Conclusión.
En el complejo tejido educativo, donde los estudiantes buscan no solo acumular conocimientos, sino también comprender y aplicar lo aprendido, se entretejen dos temas que demandan nuestra atención y reflexión continua como profesores universitarios. Por un lado, las quejas de los estudiantes, un eco persistente que nos recuerda que, como docentes, no solo debemos ser portadores de sabiduría, sino también facilitadores de aprendizaje accesible y significativo. Por otro lado, los aciertos didácticos, esas prácticas que los estudiantes valoran profundamente y que dan forma a experiencias educativas enriquecedoras.
Es fundamental reconocer que el desempeño didáctico no puede ser evaluado únicamente por la profundidad del conocimiento transmitido, sino también por la claridad con la que se presenta, la retroalimentación proporcionada y el apoyo ofrecido. En este contexto, es crucial visibilizar los claroscuros del desempeño docente, destacando tanto las fallas como los éxitos, no como un ejercicio de señalamiento, sino como un desafío superable que nos impulsa a evolucionar constantemente como educadores. Esta tarea interpelante exige reconsiderar nuestras metodologías y cultivar una cultura docente centrada en el estudiante.
En este llamado al desafío, es esencial que los profesores universitarios reconozcamos la necesidad de ajustar nuestras prácticas para centrarnos no solo en la enseñanza, sino en el aprendizaje de los estudiantes. La pedagogía efectiva no solo reside en la transmisión de conocimientos, sino en la creación de un entorno donde cada estudiante se sienta capacitado para participar activamente, expresar sus ideas y recibir la orientación necesaria.
Alentamos a nuestros colegas a abrazar esta tarea desafiante, a reconsiderar nuestras metodologías y a cultivar una cultura docente centrada en el estudiante. La retroalimentación puntual, la validación de las participaciones y el brindar apoyo son herramientas poderosas que, cuando se emplean con empatía y compromiso, pueden transformar no solo la experiencia de aprendizaje, sino también el desarrollo académico y personal de cada estudiante.
Sigamos siendo artífices de un cambio positivo en la educación superior, reconociendo la dualidad de nuestras acciones y comprometiéndonos a ser agentes activos en la construcción de un entorno donde el aprendizaje florezca, y donde el éxito académico sea el resultado natural de una docencia que inspira, guía y empodera.
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